El pasado mes de septiembre, para empezar el curso con fuerzas y energías renovadas, realicé una pequeña estancia de investigación en el Trinity College en Dublín, concretamente en el Centre for Research in IT in Education.
La experiencia fue muy gratificante, sobre todo porque me sentía bastante más cómoda con el inglés y porque en el centro me dieron la oportunidad de trabajar con ellos e involucrarme en varios proyectos e iniciativas de las que llevaban a cabo.
Aunque mi contacto fue el profesor Brendan Tangney, colaboré y trabajé con gran parte de los miembros que formaban parte del centro de investigación. Concretamente con Carina Girvan, sobre competencias digitales de los futuros maestros con la que sigo trabajando sobre el tema y con Aibhín Bray en el diseño de tareas para ser implementados en uno de los proyectos que lleva a cabo el centro «Bridge 21».
Dicho proyecto parte de un modelo educativo de uso de las TIC en el que a través de la realización de proyectos colaborativos por parte de los alumnos, éstos usan e integran las tecnologías. Una vez por semana los alumnos acuden a la sede de Bridge 21 (que recuerda a un plató de televisión, aunque no es que haya visitado muchos) y trabajan en el proyecto en cuestión que estén realizando. A priori la idea genera una sensación extraña, sacar a los alumnos de clase para llevarlos a un lugar lleno de ordenadores, cámaras, grabadores de audio, proyectores, pantallas…y que así trabajen con las TIC no es lo que se entiende por una adecuada integración de las mismas. Durante mis primeros días allí y preguntando un poco más, me di cuenta de que los niños que acuden a participar en el proyecto, vienen de escuelas en las que la dotación tecnológica es inexistente, por supuesto no hay conexión a Internet por lo que carecen por tanto de cualquier oportunidad a este respecto (no es que la dotación tecnológica garantice un adecuado uso de TIC en el aula, pero sin la misma es imposible). Por tanto, después de ver el tipo de proyectos que hacen: colaborativos entre diferentes escuelas, transversales, integrando diferentes áreas del currículum, basados en el juego y sobre todo partiendo de la base del aprender haciendo, me parece una oportunidad de aprender muy interesante en la que estoy muy contenta de haber puesto mi granito de arena con el diseño de algunos proyectos de trabajo.
«Oriel House»: espacio donde trabajan los alumnos que participan en el proyecto Bridge 21.